jueves, 18 de marzo de 2010

SUR




Los mapas árabes todavía dibujaban el sur arriba y el norte abajo, pero ya en el siglo trece Europa había restablecido el orden natural del universo.
Según las reglas de ese orden, dictado por Dios, el norte estaba arriba y el sur abajo.
El mundo era un cuerpo. Al norte estaba la cara, limpia, que miraba al cielo. Al sur estaban las partes bajas, sucias, donde iban a parar las inmundicias y los seres oscuros, llamados antípodas, que eran la imagen invertida de los luminosos habitantes del norte.
En el sur, los ríos corrían al revés, el verano era frío, el día era noche y el Diablo era Dios. El cielo, negro, estaba vacío. Hacia el norte habían huído las estrellas.

Eduardo Galeano



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